martes, 24 de agosto de 2010

Veo Veo despedidas

Buenos días Lower Las Tablas Siders!

A pesar de mi maravilloso don de palabra, lo florido de mi verbo y en general lo interesante que es cada cosa que digo, hoy me noto con un terrible "horror vacui". Será la pena, el fin del verano o que alguien me ha puesto a traición queso en la pizza. El caso es que no me encuentro conmigo misma.

Como muchos ya sabéis hoy es mi último día entre vosotros. Como Jane y Michael Banks, otra central necesita contar con la Mary Poppins de los medios digitales y no he podido negarme. Ya sabéis, reto que veo, reto que acepto. Atrás dejé desafíos igual de interesantes, como conseguir que A.V accediese a venir a la oficina con camisa para no parecer un albañil o que B.F dejara de ponerse las blusas del revés, por no hablar de las estridentes combinaciones de azul marino y negro en las piernas de alguna que otra que aquí una servidora tuvo que denunciar para evitar sufrimiento a nuestras retinas.

Me llevo en el bolso -de Prada, claro, y de la tienda de mi divina madre- muchas historias que pude hacer públicas y otras que mi discreción ha impedido que vean la luz. Amores y no tanto, entrevistas más o menos clandestinas y, por supuesto, secretos de ajuar, relleno o faja.

Yendo de lo general a lo particular, a muchos os he escuchado muletillas de toda clase que han pasado al "imaginario colectivo". Mi ojo que todo lo ve también ha sido testigo de toda clase de escenas vergonzantes en la mayoría de los bares de Castellana pero, por encima de todo, me habéis dado carnaza a raudales. Qué empresa esta, señor. Imposible no marujear. Dejáis a Gomorra en mantillas.

No entendáis mis palabras como un punto y final, al contrario. Mis sensores no sólo permanecerán activados sino que, además, ahora tendré a mi lado a dos profesionales del marujeo que ampliarán mi radio de acción y vuestro esparcimiento. L.S, M.D, el mundo del cotilleo es nuestro. Os dejo un boceto de mi nueva identidad corporativa para que os vayáis acostumbrando.




En fin, queridos, no lloréis por mi porque estaré estupendamente -y por supuesto monísima-. Entended que lo de vivir en la periferia no sea para mi. No podría soportarlo. Iré a veros, eso sí, como quien se va a pasar un día al campo. Lo prometo.

Sabemoh que noh queremoh. Besoh besoh